Mientras haya vida hay esperanza



 

 

Prensa Gobernación Vargas.- Nellizabeth Martínez.-  José Guillermo Millán, desde los 16 años de edad, entró al mundo de las drogas, alejándose de su familia, luego de 07 años de estar consumiendo, cayó en estado de indigencia y se refugió en el cementerio de Naiguatá, ubicado en la parroquia con el mismo nombre, del estado Vargas.

20 años en la drogadicción fueron suficientes, para darse cuenta que esa no era la vida que quería y comenta, que una noche tomado y bajo el efecto de la droga, pidió a Dios que le diera una oportunidad para mejorar su vida.

Hoy, Millán luego de 07 meses de ser rescatado por Cristo, con su alma alegre dice: "vivo sin drogas, no robo, de mi boca no salen palabras de maldición y me siento feliz en Cristo, porque ahora me casé con la bendición de Dios y mis 3 hijos son felices".

La palabra que le da a los que se encuentran en ese mundo, está escrita en Eclesiastés 9:4 "Aun hay esperanza para aquel que anda entre los vivos porque es mejor perro vivo, que león muerto. Hay esperanza para el indigente", expresa Millán.

Foto Leyenda:

069: José Millán, libre de las drogas hace siete meses


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